El reciente reportaje de la OCDE (TALIS, 2009) sobre la situación del clima convivencial escolar no desdice nuestros hallazgos (Peiró, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007) ni los de otros investigadores (Del el Rey y A. Marchesi, 2005). Si bien estos últimos refieren como problema relacional la afrenta emocional (27,3%), nosotros señalamos la indisciplina (Peiró, 2005). Las investigaciones que se han llevado a cabo con el propósito de estudiar la percepción que tiene los profesores de la conducta rebelde de sus estudiantes durante el desarrollo de la clase, bien en la educación primaria (Wheldall y Merrett, 1988), o en secundaria (Houghton, Wheldall y Merrett, 1988), ofrecen la relevancia más grande en el nivel secundario obligtorio. Cherry, 2001; Kaltiala-Heino, Rimpelä, Rantanen y Rimpelä, 2000; Sourander, Helstelä, Helenius y Piha, 2000, etc., han verificado el incremento de las conductas contradictorias tiene lugar durante el primer ciclo del ciclo secundario y su descenso más tarde al final de esta fase educativa. Como tales hechos suceden en yodas las asignaturas de cada área curricular (Ishee, 2004), los efectos son muy negativos para el logro de los fines del sistema educativo. Entonces, los docentes no pueden explicar las lecciones y cambian gran parte de su tiempo en ser meros cuidadores (según TALIS de la OCDE, 2009, un 16% de los casos). Tal pérdida de tiempo y energías se aprecia en que los directores de colegio de educación secundarios dedican el 50 % de su tiempo a resolver casos de vandalismo (2004) y un 66,66 % de su horario a proporcionar la ayuda en los problemas de convivencia (2006). La comentada situación suele desestabilizar tanto a estudiantes como a maestros (Fernández-Balboa, 1991; Esteve-Zarazaga, 2006). Esas conductas indisciplinadas de los estudiantes representan a menudo una fuente de tensión profesional, al ser cuestionando el trabajo realizado por el maestro (Graham, 1992), así como promover una distracción de los estudiantes no directamente implicados en los hechos. También es inquietante el abandono de la profesión (Esteve-Zarazaga, 2005; Fernández-Balboa, 1991), situación que afecta especialmente a los docentes primerizos (Borko, el Lalik & Tomchin, 1987). El equipo de investigación interdisciplinar sobre violencia, indisciplina y valores en educación, también como grupo docente GITE-PEDAGOGÍA, lleva a cabo cada año un rendimiento de resultados, presentando ante la sociedad y la administración los frutos de nuestras actividades heurísticas; así mismo, tratamos de difundir las principales aportaciones y hallazgos entre los colectivos implicados ¿docentes, estudiantes universitarios y directivos de asociaciones de madres y padres de alumnos- e impulsar la actividad interinstitucional de la UA con las administraciones autonómica -Gva-CEFIRE- y local. Sin contar nuestra actividad en las Universidades de Valencia (1977/78 a 1983) y de Granada (1983-1997), en el transcurso de una década de investigación en la Universidad de Alicante, hemos elaborado un modelo adecuado para analizar casos (N = 1) y establecer los lineamientos de optimización de diversos tipos de instituciones educativas. Desde la perspectivas transnacionales, estamos en continuo contacto con asociaciones de nuestra especialidad, universidades, etc., fruto de ello son nuestras intervenciones y visitas, que difunden nuestro modelo heurístico. Mediante esta acción pretendemos difundirlo de manera sistemática, contrastada y criticable, a la vez que verificar sinópticamente el parecer de distintos especialistas.